Siguiendo con la temática de la Semana de la Reducción de Desperdicios, que aunque sé que fue hace dos no quiero dejar de recordar, os presento otra forma más de componer la tartera.
Mientras pensaba este título para la entrada me di cuenta de que, sí, puede ser una gran opción pedir comida para llevar cuando tenemos que llevar nuestra tartera a la oficina o a la facultad. Pero no me refiero a eso…
Más bien quiero hablar de esas veces en las que vamos a un restaurante y sobra comida. Ya he hablado antes de la iniciativa #yonolotiro que puso en marcha una conocida empresa el año pasado. Pues sí, de eso se trata.
Una vez en el restaurante, y delante de un plato que no te vas a terminar, pide que te lo pongan para llevar. No se trata de que te lo envasen perfecto y listo para meter en tu bolsa de la comida, aunque a veces lo hagan, sino de que te lo preparen para llevarlo a tu casa.
Así de simple.
Verás que haciendo esto es posible que tengas suficiente para comer al día siguiente si lo acompañas de una ensalada, o de un plato de verduras; o es posible que con eso tengas un primer plato y ya solo tengas que preocuparte del segundo.
(…) Ummm, ¿cómo dices?
¿Qué te da apuro pedir la comida que sobra para llevar?
¿Qué te parece de “cutres”?
¿Qué te da vergüenza salir con ella del restaurante y llevarla hasta casa?
¿Una vez en casa no vas a saber qué hacer con ella?
Por un momento deja que te ponga los pies en la tierra. Mira a tu alrededor y dime si está el patio como para tirar comida, por mucho que podamos pagar un restaurante de vez en cuando. Dime si podemos permitirnos el lujo de desperdiciar una pizca. Dime si es de “cutres” cuidar nuestros recursos y ser conscientes de nuestro consumo.
¡¡No lo es!! Pongámonos las pilas y trabajemos, incluso desde nuestra tartera, para que el mundo no deje de dolernos.
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