Llego a casa con mi reciente adquisición. Me siento, pongo música (la que más me gusta, un poco rara para cualquiera que se le diga, pero me gusta, me anima y me motiva) y veo que ante mí se abren un montón de hojas en blanco. Mejor, parece que tengo mucho tiempo por delante. Las relleno con cumpleaños y fechas clave a recordar el año que viene, también señalo los días de fiesta (no se me olvida ni uno) para tenerlos bien presentes.
Sé que luego se llenarán hasta los márgenes, que acabaré poniendo post-it en todos lados para poder escribir más, pero de momento, y a día de hoy, me vale con saber que casi todas las páginas están en blanco. Me ayuda a deshacer el nudo que lleva asentado en mi estómago unos meses.
No hay comentarios:
Publicar un comentario