3 de abril de 2011

Ya es primavera

Lo noto porque hace algunos días que el tiempo está revuelto. Una no sabe qué ponerse, y tengo la sensación de que a golpe de calor y frío, voy a ponerme mala en cualquier momento. Lo que me faltaba...


También porque hace algunos días que duermo mucho más. Efecto de los antihistamínicos, claro está. Noto que es primavera porque no puedo levantarme de la cama, se me cierran los ojos a media tarde y no puedo seguir trabajando en lo que tengo que trabajar. 




Sé que es primavera porque en la naturaleza están pasando cosas maravillosas. Todo se vuelve más bonito, la rama seca rebrota.También lo noto porque me han dado unas cuantas buenas noticias. La mejor es la de un futuro nacimiento que hará padres a dos personas que adoro. Es primavera, no hay duda. 


No, no hay duda.  Debí darme cuenta cuando empecé a tener miles de líneas escritas en rojo en mi agenda. Una línea roja es una entrega, un examen... Muchas líneas rojas son fines de semana encerrada en casa, semanas y semanas sin ver a mis amigos, cafés que nunca llegan y películas que nunca veré. 
Debí darme cuenta antes. Pasa cada primavera, cada año. 


Sí, cada año es primavera. Cada año vuelvo a estar en mi escritorio preparando el verano. Unas veces sale mejor, otras peor (me refiero al verano como resultado de mi primavera: unas veces la primavera cunde mucho, otras no tanto, y toca estudiar de nuevo). 

Este año será el último que no disfrute de las flores, que no llene mis pulmones de polen a posta y vuelva a casa hecha una pena, el último que no vaya a la Feria del Libro (seis ya son suficientes), el último año que compro ropa de verano casi cuando ya están vendiendo abrigos, y el último que escribo una entrada sobre la primavera sin haber tomado yo misma las fotos mientras disfruto de la vida. 
El último. 


1 comentario:

  1. Por lo que cuentas te supongo alistada al club de los alérgicos. Yo no sé si siento más el serlo -además desde que tengo uso de razón- o el entrar en el ciclo de la alergia a sabiendas de que tres meses de pastillas y estornudos darán paso al sofocante calor de aquí. Para quienes como yo no se llevan bien ni con el polen ni con el calor este es un gran lugar para vivir… durante seis meses al año.

    Admiro la primavera como estación y como renacer, como días que dan más luz y naturaleza que resplandece un año más. Sin embargo, y aunque a mi ánimo no le suele caer muy bien, siempre me he sentido más unido al otoño que al resto de épocas del año. Supongo que cierta culpa tendrán las lecturas de Becquer y Machado hace varios años que, aunque nunca tomé tan en serio como ahora creo que debí hacerlo, dejaron su marca para los restos.

    Te mentiría si te dijera que siempre, pero a lo largo de tu vida verás como casi todo aquello que hagas y te suponga un esfuerzo te reportará un beneficio y justificará lo pasado. Insisto en que no quiero meter la palabra siempre, porque ello me mostraría como el optimista nato que no soy y además mi experiencia personal tampoco la justificaría. Puede darse el caso opuesto y que todo el esfuerzo se vaya al carajo. Todo juego tiene sus reglas y sus riesgos, y quien juega sabe a qué se expone, pero si se juegan bien las cartas, creyendo en aquello que se hace y en por qué -incluso por quienes- se hace, llegar a buen puerto puede ser factible.

    Por lo que cuentas solo te resta un último empujón, así que ánimo con esa agenda. Cuando te atormenten las lineas en rojo piensa en todo lo bueno que te espera cuando esto termine. Un asalto más y serás libre.

    Un abrazo.


    PD: Tengo un montón de cosas en la cabeza que espero ir traduciendo en artículos para colgarlos en el blog, entre ellos el de los premios, así como unos cuantos artículos pendientes de lectura -buena parte de ellos son tuyos-, pero el aletargamiento primaveral que tan bien describes me corta tanto o más las alas que el no tener más tiempo para dedicarme a ello.

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