16 de junio de 2011

Ahora o nunca

El placer de no tener nada que hacer es una de las cosas que yo más valoro en el mundo, porque es ahí donde encuentro y me reencuentro con todas las cosas que dejé a medias, las que dejé sin hacer o sin empezar siquiera, lo que quise hacer y no pude o lo que no me dejaron. A mí esas cosas me encantan porque, generalmente, me gusta mucho más lo que hago para distraerme que lo que hago cada día, como supongo que le pasa a cualquiera. 

De todas formas en todo final yo siempre veo un punto aterrador. 



Para empezar, el miedo al cambio... la aversión al riesgo y a lo desconocido nos puede jugar malas pasadas. Ya lo dice el refrán: más vale lo malo conocido que lo bueno por conocer. Yo eso me lo aplico al pie de la letra, por si quedaba alguna duda, y cuando hablo de miedo al cambio no hablaba en género impersonal (aunque lo he intentado) sino de yo, me, mi, conmigo. 

Por otra parte: ¿qué hacer con una agenda completamente en blanco cuando hasta hace una semana tenía que pegar post-its porque no me cabían las cosas? Volviendo al género impersonal que a mí tanto me gusta (y que aplico a mi texto con tan poco éxito), ¿qué hace la gente con muchas ocupaciones que ve, de repente, su vida vacía de cosas que hacer?

Yo tengo poca imaginación pero se me ocurren un par de cosas para paliar el aburrimiento. Fuera de leer (por supuesto, leer como si no hubiera mañana) o ver la televisión (me encanta, lo confieso), voy a escribir. Sí. Aunque no tenga nada muy interesante que contar voy a escribir a diestro y siniestro. 

Y todo es porque las cosas que a mí me pasan nunca vienen solas. Primero fue mi madre, hace dos noches, que me preguntó si este verano iba a escribir algo. Yo dije que sí, que estaba pensando en algunas cosas... como si "algo" se escribiese en un par de meses... pero por intentarlo no pierdo nada. 

Luego fue Corso, que publicó en su blog (justo aquí) un artículo de Pérez-Reverte sobre las máquinas de escribir. En ese momento me acordé de que en 1999 yo escribí un relato corto, muy corto, sobre fantasmas asesinos, y que lo hice con una máquina de escribir. Ayer lo leí en un rato y me recordó esos tiempos en los que aún creía que podría escribir en cualquier momento, sólo tenía que terminar antes los deberes para tener un rato libre. Y pensé que, si es por tener tiempo, estamos hablando de este verano o nunca. 

Así que como el momento es ahora, más vale que me ponga con ello. Y si mi plan no resulta siempre puedo aceptar la sugerencia de mi amiga de Asturias y hacerme catadora de cachopo asturiano. Si no sabéis qué es el cachopo aquí os dejo un enlace para que le echéis un vistazo. Desde que lo vi no puedo pensar en otra cosa. 

4 comentarios:

  1. pues yo ahora es cuando mas tengo que hacer miles de estudios de cara al verano.. es complicado de explicar jaja
    por cierto gracias por comentar mi blog!!
    ESTOY DE SORTEO
    http://lejournaldeprada.blogspot.com
    muacks

    ResponderEliminar
  2. "El placer de no tener nada que hacer es una de las cosas que yo más valoro en el mundo". Qué maravilla de frase, y qué gran verdad enfocada de la forma adecuada -hay quien desea no tener nada que hacer para... no hacer nada-. Al menos, hasta donde sé o imagino, tienes el holgado margen, ahora que has terminado la carrera para pensar qué nuevo camino empezar a recorrer, que da el tener una estabilidad familiar. Si no te urge a vida o muerte ponerte a trabajar, razona despacio cual será el próximo paso: la vida es tan corta o tan larga como queramos verla.

    Por otra parte, me alegra mucho verte con esa iniciativa literaria, y más aún si tengo aunque sea una mínima parte de responsabilidad en inducirte a ello -siendo razonables, don Arturo ha hecho más que yo al respecto-. Espero que por ello me tengas en lista para ser de los primeros en poder echarle un vistazo a ese manuscrito. Por cierto, estoy abierto a negociaciones para pasarte aquel primer texto que mencionamos días atrás en otro artículo, así como cualquier otra cosa que tenga por ahí y que te apetezca leer. Qué mayor suerte para alguien que escribe algo, por nimio que sea, que ser leído por otra persona.

    Un abrazo y ánimo con esa aventura literaria.

    ResponderEliminar
  3. la de la foto no será una libreta Moleskine, no? jajaja

    ResponderEliminar
  4. Amaia... efectivamente lo es, de ahí mi sorpresa de ayer. Besos!

    ResponderEliminar