31 de julio de 2012

Yo Nolotiro

Después de un tiempo sin escribir en este espacio, primero por un exceso de cosas que hacer y luego por la falta de tarea (vaya razones más opuestas) recupero mi labor con algo que me ha parecido muy interesante y que no podía dejar de comentar aquí. Hay cosas que te encienden la bombilla. 

Ayer fue el cumpleaños de mi hermana y salimos a cenar fuera. Por distintas razones que no vienen el caso, pidiendo lo mismo que solemos pedir siempre esta vez comimos menos, con lo cual media de las raciones quedó sobre el plato. A la hora de pedir la cuenta se me ocurrió pedir para llevar esa comida que había sobrado.

"¿Estás segura?" ¡¡Claro que lo estaba!! En Estados Unidos es algo muy común (tengo una amiga que acaba de llegar de allí y me lo ha comentado hace un par de días), pero parece que a nosotros aún nos da vergüenza llevarnos a casa algo por lo que hemos pagado, un alimento que sale de la tierra y que acabará en la basura si no lo hacemos (63.000 toneladas de basura al año, ni más ni menos, es la cantidad de comida que tiramos y podría comerse perfectamente). Un insulto al Planeta y a las personas que pasan hambre en el mundo y en nuestro país

Pensaba que me darían un papel de aluminio, lo cual ya me parecía estupendo, cuando me trajeron una cajita de plástico para que me lo llevara. Ahora esa ración descansa en mi nevera para la cena. 


La cerveza San Miguel, en su campaña Ciudadano 0,0, ha creado las cajas Nolotiro. Los ciudadanos responsables, concienciados con el problema del hambre y de las toneladas de basura que llenan el mundo no tienen vergüenza al pedir que la comida no se tire. Las cajas Nolotiro, de cartón, están disponibles por ahora en algunos restaurantes de Madrid y Barcelona (más información aquí). 

En cualquier caso, con caja o sin caja, en esas ciudades o en otras, se puede pedir que nos envuelvan lo que no hemos comido para que no se desperdicien alimentos. 


A mí no me da vergüenza. ¿Y a ti?

No hay comentarios:

Publicar un comentario