17 de febrero de 2011

Una oportunidad para el Planeta


Recientemente me acordé de ese programa de televisión en el que la presentadora se pasaba por las casas de ciertas familias con la intención de comprobar si su comportamiento era acorde con la necesidad de cuidar el medio ambiente, o si por el contrario vivían como si la Tierra fuese un planeta de infinita capacidad de almacenamiento de basura. Quizá les suene el programa al que me refiero.

Se les preguntaba por su forma de vida, de moverse, e incluso la forma en que se enfrentaban a nuevas adquisiciones de productos. Cómo se alimentaban, si daban importancia al reciclaje y cuántos productos cosméticos había en la casa.

El objetivo de tan minuciosa medición se trasladaba luego al calculador de la Huella Ecológica de esa familia. Este novedoso concepto se define como la relación existente entre la demanda humana de recursos y la capacidad de la Tierra para hacerle frente. De esta forma muchas veces vi horrorizada cómo muchos de los participantes llevaban un modo de vida tal que harían falta siete planetas Tierra y medio para llevarlo a cabo, si todos nos comportásemos de la misma manera.

Así que al acordarme de este programa decidí hacer el test para calcular mi Huella Ecológica.

Bien, no soy una Gandhi del medio ambiente, pero algo bueno hago. No utilizo bolsas de plástico para las compras, sino que llevo las mías de tela (o similar); las bolsas que inevitablemente aparecen en casa las usamos para recoger la basura. En mi casa reciclamos desde antes de que “estuviese de moda”. Antes de la fiebre de los cubos amarillos mi madre ya separaba papel y vidrio escrupulosamente, como lo hace ahora con eso y con el resto; reciclar en mi casa no es una opción. No dejo luces encendidas y el 80% de las bombillas de mi casa han sido sustituidas por bombillas de bajo consumo, no malgasto el agua ni dejo correr el grifo mientras me lavo los dientes. No cambio de móvil cada año (sino cada mucho, mucho más) ni estoy obsesionada por poseer los últimos inventos tecnológicos a toda costa. Compro con bastante criterio para tener la edad que tengo y vivir en la sociedad en la que vivo…

… y sin embargo mi Huella Ecológica son dos planetas y medio. Hagan la prueba, a ver cuál es la suya.

Lo único que se me ocurre pensar es que aunque crea que hago mucho, nunca haré lo bastante, quizá porque el daño que hemos hecho ya es irreparable. Quizá no podamos arreglarlo, sino que lo único que queda es dar una oportunidad al planeta, actuar para que esto no vaya a más.

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