Si te reducen la recogida... ¡¡reduce los envases que tiras!!

Ayer decían los periódicos que desde hoy, 1 de octubre, el contenedor amarillo se recogería sólo tres veces por semana en Madrid. La medida de la alcaldesa ha sido criticada en muchos sentidos. Ella apela al ahorro en el ayuntamiento, otros dicen que podría bajar las tasas ahora que baja el servicio. Algunos más se apuntan al carro de "hay que ver lo difícil que es reciclar" o al de "nos va a dar alguna enfermedad con la basura rondando por la calle". 

A mí todo eso me da igual, yo veo esto como una oportunidad para hacer las cosas bien. Los madrileños, y ya que estamos, el resto de españoles también, deberíamos reducir nuestros residuos sólidos urbanos drásticamente. Ahora que recogen menos veces el contenedor amarillo es hora de ponernos en marcha y manos a la obra. ¿Cómo? Cambiar nuestros hábitos de consumo y nuestra forma de reciclar es el camino para reducir los envases que caen en el contenedor amarillo. 

• Cuantos menos productos envasados consumamos, menor será la cantidad de envases que arrojemos al medio ambiente. Por ejemplo, evita las bandejas blancas de productos frescos cuando puedas: comprándolos a granel no tendremos que deshacernos de ellas. 
• ¡¡Calcula!! No es lo mismo tirar un envase que seis o siete. 
• Una botella de 1,5 litros de refresco son casi 5 latas de aluminio. 
• Una botella de 2 litros son exactamente 6 latas. 
• Una garrafa de 6 litros de agua mineral son 4 botellas de 1,5 litros. 
• Una tarrina de 1/2 kilo de yogur equivale a 4 envases de yogur normales. 
• Envasa y transporta de forma sostenible. Hay nuevas formas de llevar el sandwich a la oficina o al colegio que reducen el uso de papel de aluminio: se trata de envoltorios que pueden lavarse y reutilizarse, y si no, siempre puede llevarse en una tartera. 
• Reduce en el sentido físico de la palabra. Ahora que recogerán la basura de este cubo menos veces hay que apañarse para no acumular bolsas llenas en casa. 
• Aplasta los bricks hasta que queden planos, no ocupan nada. 
• Haz lo mismo con las latas de refresco hasta que sea físicamente posible (¡no hace falta que te cortes!)
• Para el resto de latas (pescado en conserva, verduras, etc.) mete las pequeñas dentro de las más grandes, como muñecas rusas. Caben muchas más. 
• Corta los envases grandes por la mitad. Las botellas grandes de refresco, los champús o las botellas de detergente ocupan mucho espacio en el cubo; si puedes y la botella se deja (te aseguro que las de refresco no ponen pegas) cortarlas y meter una parte dentro de la otra hace que haya más espacio en el cubo amarillo. 

¿Qué conseguimos con esto? Además de que las bolsas del cubo amarillo tardarán más en llenarse, lo cual nos viene muy bien en este momento, el medio ambiente también nos agradecerá este comportamiento: cuantos más envases se lleve el camión de la basura de una vez, más reciclaremos, pero en menos viajes, lo que repercute positivamente en el consumo de combustible, en el humo que respiramos a diario y el agujero de la capa de ozono.  

... Y para los que teman las enfermedades causadas por las bolsas de basura en la calle no hay mejor solución que no tirarlas al suelo. Aunque levantar la tapa del cubo de basura sea un esfuerzo sobrehumano, no hay mejor arma contra este problema que depositar la basura en el cubo.