10 de enero de 2014

La Tartera: Tentempiés

Uno de los problemas de llevar la tartera a cuestas es el tentempié. La hora del café suele ser ese momento en que intentamos reponernos de la mañana: hemos desayunado pronto para llegar en hora a trabajar y aún queda tiempo para la comida. La hora de salida también trae consigo un remusguillo en el estómago, algo que nos recuerda esa hora de la merienda que tomábamos de pequeños.

Mucha gente no tiene problema con esto porque recurre a los clásicos (barrita de cereales, bocadillo, fruta entera...), pero cuando quieres o necesitas comer sano y no tienes manzanas o plátanos a mano parece que no es tan sencillo llevar contigo un tentempié.



¿Qué y dónde?

Para estos casos es muy útil recurrir a las tarteras pequeñas. Con una tartera que tenga el tamaño adecuado puedes ir al fin del mundo, y las hay de tamaños perfectos para llevar contigo todo lo que se te ocurra:

  • un poco de mezcla de frutos secos
  • unos cereales, para picar
  • crudités de verduras (zanahoria en tiras, pepino, tomates cherry, aceitunas... ¡no se oxidan tanto como las frutas!)
  • frutas que no tengan necesidad de ser troceadas (por la oxidación), como las uvas o la granada, o rodajas de piña en su jugo
  • taquitos de queso o de pavo

Todas estas opciones son tentempiés que pueden comerse fácilmente, algunos de ellos incluso en la calle o en el metro, y son un poco más sanos y originales que los de siempre y cuidan de nuestra salud.

¿Y cómo lo llevo?

Cuando piensas detenidamente la cantidad de tarteras que tienes que meter en la bolsa para un solo día es posible que veas que son muchas. Entre el primer plato, el segundo y el tentempié ya van tres...

Si tienes una bolsa que se adapta a ti, ¡perfecto! La mía es grande y espaciosa, y puedo llevar tres tarteras (unas grandes, otras pequeñas) sin ningún problema. Pero entiendo que no todas las bolsas son así, y que si tienes que ir en el autobús o en el metro con la bolsa a cuestas tampoco puedes ir cargada con un macuto.

Una opción que a mí me gusta mucho y que sirve, no sólo para los días de trabajo ni para las personas que llevan la comida consigo, sino para cualquiera que quiera elegir bien lo que come, es llevar la pequeña tartera en el bolso. No suelen ocupar mucho espacio y al ser herméticas no hay problema de derrames. Si crees que puede haberlo, envuelve la tartera en una pequeña bolsa y listo.

Y en último caso, hay muchas cosas que se pueden llevar envueltas en un papel de aluminio, como un poco de queso o unas tiras de zanahoria; o en una bolsita zip, como los frutos secos y los cereales...

Las opciones preparadas

No todo lo envasado es malo. A mí personalmente no me gusta abusar de ello, sobre todo cuando sé que no es la opción más saludable, pero también puedes llevar contigo un yogur (con una cuchara que luego te guardas); yogur líquido, que ya viene en botellas pequeñas; zumos; galletas integrales; una barrita de cereales como las que mencionábamos al principio...

La clave es llevar contigo algo de comer para esos momentos en los que necesitamos reponer fuerzas, e imaginar formas de llevarlo para hacerlo práctico y sencillo.


¿Qué llevas tú?
¿Se te ocurre algo que pues compartir?

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